Quise diseñar una escultura de luz. Usar una cubierta exterior que se convirtiera en un velo donde la luz se refleja y entrega diferentes matices a lo largo del día.
Jugando con el vacío, lo profundo, el sol que entra a la materia y le da un soplo de vida.
Eso es Cuantum, un elemento en el filo de la montaña que se convierte en un homenaje a la fuerza de la liviandad.